La blefaroplastia inferior es la solución perfecta para quienes presentan bolsas de líquido o brasa bajo los ojos, así como para retirar una porción de piel sobrante como consecuencia de la pérdida de firmeza y elasticidad. También puede utilizarse para atenuar ojeras marcadas, en ocasiones combinado con otros procedimientos estéticos o quirúrgicos.
Ambulatoria y mínimamente invasiva, la blefaroplastia inferior no deja de ser una cirugía limitada a la zona palpebral inferior. Es decir, no corrige patas de gallo ni modifica las facciones del rostro. Entonces, ¿cuándo es suficiente solo con la blefaroplastia inferior? Veremos también los dos tipos de incisiones con que se puede llevar a cabo.
Qué es la cirugía de párpados inferior
La blefaroplastia inferior es una cirugía estética o plástica que se realiza para rejuvenecer la mirada del paciente, en concreto en la zona comprendida desde el párpado inferior hasta unos pocos centímetros más abajo.
Es importante señalar que la blefaroplastia inferior no modifica las facciones del rostro y busca devolver al paciente la mirada de cuando su piel no sufría de laxitud o no presentaba bolsas marcadas. Sin embargo, en la blefaroplastia inferior es necesario estudiar previamente dónde realizar los cortes o incisiones, además de la vía de abordaje, para no alterar la expresión facial del paciente. La blefaroplastia inferior no es una cirugía para hacer la mirada más rasgada (cantopexia) o más redonda.
Qué cicatriz deja después de la operación
La cicatriz que deja la blefaroplastia es invisible o imperceptible, dependiendo de la vía de abordaje quirúrgico. Cuando se accede a través de la conjuntiva, la pequeña cicatriz es interna y, por tanto, no se ve. Si se realiza la sutura desde fuera, se sigue la línea de las pestañas del párpado inferior para que, una vez retirados los puntos y cicatrizada la herida, solo quede una fina línea que quede disimulada por las propias pestañas del paciente.
Cuánto duran los efectos, ¿son para siempre?
Los efectos de la blefaroplastia inferior son duraderos, aunque no permanentes. Dependen del paciente, del estado de su piel y de qué se le ha hecho. Por ejemplo, para eliminar bolsas podemos drenar líquido o, lo más habitual, extraer parte de la grasa (no toda), mientras que, si además de bolsas hay ojeras hundidas, el lipofilling unido a la blefaroplastia ofrece una mejor solución.
Por lo que respecta a la redistribución de la propia grasa del paciente en la zona, los resultados son muy duraderos. Sin embargo, si pasamos a la parte de la piel laxa, con la blefaroplastia inferior, podemos retirar una parte de piel sobrante, aunque esa piel continuará envejeciendo.
Es decir, con el paso del tiempo, podrías necesitar una segunda cirugía, sobre todo si eres una persona perfeccionista, porque no somos capaces de frenar el proceso de envejecimiento biológico. El cirujano se va a centrar en rejuvenecer tu mirada sin modificarla con respecto a cuando eras más joven y en que ambos ojos presenten el mismo aspecto, sin asimetrías.
Cómo es el postoperatorio/recuperación
El postoperatorio es sencillo, y basta con hacer reposo relativo, tomar analgesia en caso de precisarlo y cuidar la zona de la incisión, interna o externa, con los productos que te recomiende tu cirujano.
Es normal tener cierta hinchazón los días posteriores, incluso podrías presentar algún derrame interno que se vería como un pequeño morado. Pero no deberías sentir dolor, como mucho una molestia leve. Comunícate con tu médico ante cualquier síntoma extraño, no esperes a la primera revisión o a la cita para la retirada de los puntos si es que los hubiera (5 o 7 días tras la operación).
Durante un par de semanas deberás abstenerte de practicar deporte, al menos deportes intensos o de contacto, y tendrás que evitar el maquillaje en la zona hasta que la herida externa haya cicatrizado por completo, así como utilizar un tiempo unas buenas gafas de sol para salir a la calle.
En caso de incisión transconjuntival, por higiene y para evitar andar toqueteando la zona operada, también te aconsejaremos dejar un tiempo aparcado el maquillaje de la zona periocular.
Cómo es la operación
La operación es ambulatoria y se realiza con anestesia local y sedación, salvo en casos excepcionales, donde se opte por anestesia general.
En el caso de la blefaroplastia inferior, se puede acceder al tejido que queremos retirar de la zona de las bolsas y eliminar el exceso de piel por vía interna o externa.
Si accedemos desde dentro del ojo, hablamos de blefaroplastia inferior transconjuntival, que es un método en el que no hay cicatrices y la recuperación es todavía más sencilla, aunque se aconseja solo a pacientes jóvenes o que no precisen muchos retoques.
Cuando hay bolsas muy voluminosas o se debe retirar mucha superficie de piel, hace falta acceder desde fuera. Hablamos entonces de la blefaroplastia inferior subciliar, en la que se realiza una incisión en la línea a ras de las pestañas del párpado inferior para minimizar la visibilidad de la fina cicatriz, que pasará a ser imperceptible.
Cuando es posible utilizar solamente la incisión transconjuntival, tenemos la ventaja de no necesitar tocar el músculo orbicular. En los otros casos, aunque no es lo habitual, si el músculo se ve muy afectado o no estaba lo suficientemente fuerte antes de la cirugía, el paciente podría presentar un trastorno llamado ectoprión, que suele requerir de otra corrección quirúrgica diferente.
Si deseas o necesitas rasgar tu mirada, a la blefaroplastia inferior le hemos de añadir otro procedimiento quirúrgico, la cantopexia, que se puede realizar en una misma sesión de quirófano.