Rellenos de ácido hialurónico

El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra en el organismo de manera natural y está relacionado con el colágeno. Se produce de manera interna y su funcionalidad principal es mantener la piel tersa e hidratada.

Sin embargo, con el paso del tiempo, esta capacidad de producción va mermando. La consecuencia es que, a partir de los 35 años, la piel pierde elasticidad y volumen, por lo que comienzan a aparecer arrugas y flacidez. Es entonces cuando aparece la opción de acudir a tratamientos estéticos con ácido hialurónico.

Las inyecciones de ácido hialurónico tienen como objetivo frenar los signos de la edad, la flacidez y combatir las arrugas. Sin embargo, en medicina convencional, esta sustancia también puede ser usada para mejorar los problemas articulares. 

Vamos a centrarnos en todos los detalles de este compuesto desde el punto de vista médico-estético.

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FAQ

Preguntas frecuentes

El ácido hialurónico retiene el agua en los tejidos cutáneos, articulaciones y cartílagos. De este modo, las estructuras orgánicas se mantienen hidratadas. A su vez, es un compuesto esencial para la producción de colágeno. Una cantidad suficiente de esta sustancia en el organismo contribuye a la flexibilidad, elasticidad y resistencia a la presión de los tejidos del organismo.

Existen dos tipos de ácido hialurónico: el reticulado y el no reticulado. El primero es el más popular en los tratamientos estéticos, pues es el que se utiliza para los rellenos. El segundo es un complemento a la hidratación, y se comercializa en numerosos cosméticos y productos de higiene y belleza.

Ácido hialurónico reticulado



El ácido hialurónico reticulado es más denso, ofrece más consistencia y rigidez. Esto lo hace más perdurable en el tiempo y hace que retenga de manera potente el agua. Se utiliza como relleno en los pómulos y labios, en las zonas con arrugas muy profundas y en los surcos nasogenianos, por ejemplo.

Ácido hialurónico no reticulado



Es menos denso, más ligero e inestable. No se utiliza para rellenos, pero sí en productos hidratantes. Se suele combinar con otros nutrientes y vitaminas para aportar a la piel un aspecto más luminoso y saludable.
El tratamiento médico-estético de relleno con ácido hialurónico comienza a ofrecer resultados definitivos pasados unos 10 días de la intervención. Hasta ese momento, el efecto final se ve desvirtuado por el edema y la inflamación. En este tiempo inmediatamente posterior es recomendable evitar la exposición al sol y aplicar frío local para ir reduciendo la hinchazón.

El efecto del tratamiento no tiene una duración permanente, aunque sí es muy prolongada en el tiempo. Generalmente, es de un año, aunque esto depende de cada persona, su estilo de vida y el área de actuación.

Por otra parte, pasados seis meses desde la intervención es aconsejable volver a la clínica para comprobar si se precisa un retoque y analizar cuál es el resultado final.
El ácido hialurónico se emplea en la cara y el cuerpo. Aunque puede tener fines médicos a través de su infiltración en articulaciones como la rodilla y la cadera, en su faceta estética, el principal beneficio de su uso es la hidratación en profundidad.

Este compuesto actúa como una esponja reteniendo agua en la piel. Esto se traduce en más volumen y reducción de las arrugas, líneas de expresión menos visibles y revitalización de la piel.

Sus ventajas van más allá, pues favorece la reparación celular y actúa como agente antienvejecimiento.

Además, esta sustancia se reabsorbe por sí sola en el organismo con el paso del tiempo, ya que es un compuesto que se encuentra de manera natural en el cuerpo.

Por último, los rellenos con ácido hialurónico son totalmente indoloros, no requieren anestesia y, en general, para ver resultados basta con una sola sesión que puede ser completada con una segunda a modo de retoque.

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