Lifting frontal

Tiempo quirúrgico

2 horas

Anestesia

Local + Sedación

Hospitalización

1 día

Recuperación

7 días

Resultados

15-20 días

El lifting frontal es una técnica quirúrgica pensada para obtener un aspecto más rejuvenecido de la frente, las cejas y los párpados superiores. Se interviene principalmente en el tercio superior de la cara y recibe el nombre de frontal porque deriva de frente. Es uno de los liftings faciales más demandados actualmente.

Por lo general, se trata de una intervención muy rápida que no suele pasar de las dos horas de duración y que no revierte muchas complicaciones.

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FAQ

Preguntas frecuentes

El lifting frontal o ritidectomía frontal es un procedimiento que elimina el exceso de tejido en la zona superior de la cara, modifica los músculos y ayuda a obtener una piel más tersa y elástica. No hay varios tipos de lifting frontal, pero sí varias técnicas disponibles.

La tradicional consiste en una incisión en la parte superior de la cabeza, tras la línea del cabello.

La otra opción es realizar varias incisiones en las zonas a tratar y ayudarse de un endoscopio, una cámara y un monitor para visionar todo el proceso.

El lifting frontal se realiza bajo anestesia local o general. En función de esta decisión, la persona que se somete a la intervención puede que tenga que ingresar al menos un día en la clínica. No obstante, a veces todo el procedimiento es ambulatorio.

El objetivo de esta intervención es revertir los síntomas de envejecimiento en el rostro. Las arrugas, la pérdida de elasticidad y flexibilidad en la piel o la apariencia cansada se pueden corregir con esta cirugía plástica. No obstante, el lifting frontal no va a proporcionar al paciente una imagen completamente ideal, es decir, no siempre va a satisfacer sus necesidades de manera total.
Las personas que pueden someterse a esta intervención son aquellas que ya muestran signos de envejecimiento en la frente o los párpados. Esas señales pueden ser intensas o leves, lo que va a determinar el tipo de intervención, la extensión y la localización de las incisiones.

Hombres y mujeres pueden pasar por el quirófano para retrasar el envejecimiento de la piel con un lifting frontal. Es a partir de los 40 años cuando más se aconsejan estas intervenciones. La edad límite suele extenderse hasta los 60 o 65 años. En el caso de los hombres, esta horquilla se reduce a edades comprendidas entre los 50 y los 60 años.

Las personas con una edad más avanzada deberán recibir previamente una valoración individualizada y que los profesionales médicos establezcan cuál es el tratamiento más adecuado.
El posoperatorio en el lifting frontal no es muy problemático. Las molestias leves que aparecen tras la cirugía, como dolor en la zona tratada, se pueden calmar con analgésicos. Acaban por desaparecer a los pocos días.

Hasta pasadas dos semanas se observará hinchazón en el rostro y un aspecto de la piel un tanto distinto. Pero, igualmente, con el tiempo va remitiendo esa sensación.

En esa primera quincena tras la intervención conviene permanecer en reposo y no hacer actividades que dañan el rostro, como por ejemplo tomar el sol. La incidencia de los rayos de sol es peligrosa en los primeros tres meses.

Por otra parte, es aconsejable no volver a la vida laboral hasta pasadas dos semanas.

La piel de la frente y el pelo necesitan cuidados especiales en este tiempo. Las cicatrices sí permanecen durante más tiempo, pero pasados unos meses se vuelven prácticamente imperceptibles.

El lifting frontal ofrece resultados permanentes y visibles por un periodo de 5 a 10 años.
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