Mentoplastia

La mentoplastia es el nombre técnico del proceso quirúrgico que se basa en el cambio de la forma del mentón para aportarle más proporcionalidad. Se realiza a personas con una barbilla demasiado pequeña o demasiado grande y que no tienen otros problemas con la mandíbula.

La intervención se lleva a cabo con anestesia local o general y puede ser una mentoplastia de reducción o de aumento.

Cuando se hace una reducción, se realiza una incisión en el labio inferior para llegar hasta el hueso y remodelar el mentón.

Cuando la cirugía es de aumento, se puede optar por el implante de una prótesis, por material de relleno o por una osteotomía deslizante.

Tipos de mentoplastia de aumento

Las cirugías de mentón que buscan aumentar pueden ser de dos tipos: bien con prótesis o bien osteotomías deslizantes.

La mentoplastia con prótesis consiste en un implante de relleno que puede ser grasa del paciente o silicona. Este material se va inyectando poco a poco sobre el mentón.

La osteotomía deslizante obliga a realizar un corte en el mentón para jugar con su posición y alinearlo bien. Es aquí donde entran en juego las placas de titanio y los tornillos. La ventaja de la osteotomía es que se evita el riesgo al rechazo o el desplazamiento de esos implantes en el mentón. A su vez, no implica nuevas intervenciones a largo plazo, algo que sí sucede con las prótesis.

Una intervención quirúrgica de este tipo suele durar entre una y tres horas, dependiendo del grado de dificultad de la zona a tratar y la complejidad de cada caso. Si solo se necesita un implante para redondear el mentón, se puede acudir a anestesia general o un anestésico local.

En cambio, en los casos en los que hay que mover algunos huesos es preferible usar anestesia general. En esas situaciones, el cirujano realiza una incisión dentro de la boca, en la encía inferior, para llegar hasta el hueso. La mentoplastia de este tipo no genera cicatrices, pues se realiza en el interior de la boca, y el tiempo del procedimiento es mayor.

Una vez superada la intervención quirúrgica, el paciente puede volver a sus actividades cotidianas y al trabajo pasada una semana. No obstante, conviene seguir evitando durante tiempo el ejercicio físico hasta alcanzar la recuperación completa.

La hinchazón y el aspecto morado de la cara dura unas dos semanas, pero a partir de los catorce días ya comienzan a adquirirse el aspecto deseado.

Los resultados definitivos no aparecen hasta unos meses después, cuando la hinchazón desaparece por completo. No obstante, a partir de los 20 días ya se notan cambios muy positivos.

En los primeros días, es aconsejable seguir una dieta ligera. Además, es probable que el labio inferior se sienta adormecido. La inflamación y dolor se pueden combatir con medicación prescrita por el cirujano. Se recomienda también dormir con la cabeza elevada y utilizar un enjuague antiséptico para evitar infecciones.