Cirugía ortognática

La cirugía ortognática, como otras tantas dentro del área maxilofacial, solo puede ser realizada por cirujanos especialistas. Estos doctores son los únicos preparados para tratar huesos y tejidos blandos del rostro.

La intervención consiste, en primer lugar, en un examen clínico que incluye radiografías, fotografías, mediciones faciales y modelos. Antes de la operación, el paciente llevará aparatos fijos para que los dientes encajen cuando los maxilares se hayan colocado tras la intervención. Pasado ese tiempo, que depende de cada caso y las indicaciones médicas, es cuando el paciente pasa por el quirófano.

Existen tres tipos de cirugía ortognática: la del maxilar, de la mandíbula, y maxilomandibular o cirugía bimaxilar.

Cirugía maxilar

La cirugía ortognática del maxilar se realiza para devolver el maxilar a su posición correcta. El objetivo es que el hueso recupere su funcionalidad y no se prolonguen los problemas respiratorios, para masticar o en la dicción. Con este procedimiento se corrigen la mordida abierta, la sonrisa gingival y el prognatismo mandibular. Es una intervención mínimamente invasiva que se extiende por un tiempo de unos 40 minutos.

Cirugía mandibular

La cirugía de la mandíbula puede ser de dos tipos: estrechamiento de las vías aéreas para un retroceso mandibular, o bien una de avance. La segunda ocurre cuando el paciente tiene una mandíbula pequeña, que está retraída frente al maxilar superior. Afecta sobre todo a la parte inferior de la cara y puede generar problemas como la apnea del sueño. Es también una intervención muy rápida, que apenas conlleva pasar unos 30 minutos en el quirófano.

Cirugía bimaxilar

La última variante es la cirugía bimaxilar o maxilomandibular. Con ella se corrigen las malformaciones anteriores, la asimetría facial o la mordida abierta entre otras. Es el procedimiento que hay que seguir cuando una cirugía monomaxilar no es suficiente. Obliga a permanecer más tiempo en quirófano, entre 90 minutos y 2 horas en función del grado de intervención.

El coste de estas operaciones es variable, pues va a estar determinado por el tipo de cirugía: monomaxilar o bimaxilar. Al cambiar el nivel de intervención y la complejidad, el precio también fluctúa.

Las operaciones más económicas, y todo lo que conlleva un procedimiento de este tipo, puede partir de los 15.000 euros. No obstante, la horquilla se eleva a los 40.000 euros en los casos más complejos. En todas las situaciones, esta tarifa incluye consultas pre y posoperatorios, estudios pre y posoperatorios, la propia cirugía y su dificultad, la hospitalización, los medicamentos, el uso de férulas y materiales de fijación y los honorarios de los profesionales.

Una vez finalizada la operación, el paciente podrá recuperar su rutina habitual pasadas unas dos semanas. A partir de entonces los resultados ya comienzan a ser visibles. En el periodo inmediato tras la cirugía, y hasta que no se cumpla un mes y medio o dos meses, es importante seguir dieta blanda y acudir a las visitas de seguimiento.

Es probable que el paciente sienta dolor durante el posoperatorio y que se produzca hinchazón facial. Con medicamentos y con el paso del tiempo, estas molestias van cesando. Asimismo, es aconsejable mantener la cabeza elevada y dormir con un par de almohadas estos primeros días, así como usar frío local para reducir la hinchazón. Por otra parte, conviene no sonarse la nariz y mantener una higiene oral con enjuagues salinos cada cuatro horas.